Foto: Luis Palomeque
Aser Falagán y Adela Sanz – Domingo, 4 noviembre 2018.- El fútbol vive de goles, dinero y emociones. Y de tópicos, también. Hay uno que dice que el fútbol es un estado de ánimo. Otro, que solo un punto de fortuna puede cambiar un resultado o una dinámica. Son gastados lugares comunes que sin embargo la Gimnástica ha hecho buenos, comprobando una vez más que tras el estereotipo se esconde alguna realidad. La suficiente para que los banquiazules se deshicieran de uno de los primeros espadas del grupo para ganar su segundo partido, terminar con la imbatibilidad del Mirandés con un tanto de Camus de penalti y fulminar a uno de los grandes candidatos al campeonato del grupo.
De paso no vendría mal que, ahora que El Malecón está recepcionado, Tomás Bustamante busque un rincón en el que construir una capilla a Álex Ruiz y le renueve de por vida con cláusula para reencarnaciones. Porque si el gato de Pau fue vital para rescatar un punto en Zubieta, en el empate ante el Sanse que comenzó a resucitar a la Gimnástica, esta vez dos intervenciones en jugada y un penalti parado a Yanis. Los cuatro puntos consecutivos que ha sumado la Gimnástica ante dos aspirantes al ascenso (llevaba cinco en nueve jornadas) no son solo suyos, pero ha tenido mucho que ver.
El caso es que la Gimnástica a ha sacudido la ansiedad, ya ha ganado su segundo partido en El Malecón, tiene a tiro salir de los puestos de descenso y siente que el partido ante el Mirandés ha sido «un punto de inflexión», como reconocía Lucho al final del choque frente a los rojillos. Cansado y satisfecho tras un carrusel de emociones que tuvo de todo. Porque en la primera parte hubo también tiempo para que se anulara un gol a los rojillos, Álex se luciera y los gimnásticos comprobaran que pese a esos sustos les va mejor con su nuevo juego, mucho más juntos. Tal vez menos vistoso, pero más efectivo. Con fortuna, cierto, pero ha terminado la sangría de los goles en contra, y con el nuevo planteamiento esos errores puntuales que tanto penalizaban a los blanquiazules no pasan tanta factura. Siempre hay un apoyo cerca.
Esta vez tocó sufrir. Y mucho. Pero llegaba a El Malecón uno de los mejores equipos no del grupo, sino de la categoría, así que bastante tenían los de Pablo Lago con mantener el tipo en un duelo en el que pese a las estrecheces el empate parecía hasta bueno. Sin embargo, no se conformaron, sobre todo en una segunda mitad en la que la ambición cántabra tuvo su justo premio. Incluso se pidió un segundo penalti sobre Hugo Vitienes, muy discutible. Pero síntoma, eso sí, de que la Gimnástica pisaba el área rival.
Ese nuevo sistema con el que ha dado Pablo Lago, con Cusi tres centrales, con laterales muy profundos y los mediocentros muy protegidos, carbura. Primo se quedó a veces aislado, máxime cuando Vitienes y Nacho, que reapareció al fin tras su extrañamente prolongada lesión. Esa fue la fórmula de Zubieta, la que le dio un empate sin goles ante el Sanse. Esta vez el planteamiento era diferente: un 4-2-3-1 con el balón que se convertía en una línea defensiva de cinco sin él, cuando Cusi se incrustaba entre los centrales y Víctor bajaba de la mediapunta al eje para arropar a Palazuelos. De paso, Lucho regresaba al equipo titular como central por la sanción de Cris, que vio su quinta tarjeta amarilla en las instalaciones de la Real Sociedad.
Así se plantó sobre el césped una Gimnástica cuya estrategia le permitió tutear a los rojillos pese a cederles la posesión, lo que ya obligó a intervenir dos veces a Álex sin haberse cumplido la media hora mientras los cántabros creaban peligro a balón parado gracias a un Camus muy activo en el juego ofensivo, aunque con muchos problemas para tapar a Ernest. El gol anulado a los 22 minutos a Davis Prieto por falta en ataque fue el mayor susto de los de Pablo Lago, que reclamaron con timidez un penalti sobre Primo al borde del descanso.
En el segundo tiempo los de Pablo Lago creyeron más en sí mismos y comenzaron a aproximarse a la portería de Limones. Sin embargo, la ‘teoría de la manta’ también funciona, y para fortalecer la defensa este nuevo sistema deja a veces demasiado solo a Primo. No se puede uno tapar a la vez la cabeza y los pies. Al menos con esta manta. Además el equipo daba de nuevo muestras de sus graves problemas de efectividad. La última decisión no es la correcta o se toma demasiado tarde. Así fue como Hugo Vitienes no consiguió conectar con Primo y Víctor. Pero las sensaciones eran buenas, y para tratar de mejorarlas Pablo Lago sacó al campo a Nacho en lugar de un Primo cansado y amonestado, lo que no impidió que El Malecón le mostrara su desacuerdo.
Con más frescura en ataque llegó a siete minutos para el final Melli golpeaba el balón con la mano y el árbitro no dudaba. Penalti, Camus a los once metros y perfecta ejecución para adelantar a los cántabros. Después presión -‘Sin faltas’, repetía Lago- sufrimiento, algún susto y alguna internada local antes de que cuatro minutos después del 90 la Gimnástica rompiera banca para deshacerse del Mirandés ante la mejor entrada que ha tenido El Malecón esta temporada. Esto ya es otra cosa.