24 de febrero de 2019.- El equipo torrelaveguense y el vizcaíno no han pasado del empate a cero | El árbitro ha anulado un gol a los blanquiazules por un supuesto fuera de juego
DM.

Un punto que puede servir de poco para los torrelaveguenses, pero que al menos evita un mayor distanciamiento con los puestos de permanencia. La segunda igualada sin goles lejos de El Malecón mostró las carencias ofensivas tanto de la Gimnástica como del Gernika. Por número de ocasiones, el equipo vizcaíno fue superior, pero al menos esta Gimnástica parece conceder menos en defensa, lo que le sirve para seguir sumando, ascender un puesto en la clasificación y tener y seguir a seis puntos de una permanencia que deberá buscar sobre todo con los puntos en casa.

Esta es la octava jornada sin ganar y el tercer empate consecutivo para un conjunto cántabro, que supo sufrir en Gernika y que, al menos, gana el average particular a un rival directo en esa zona complicada de la clasificación. Quizá la única negativa es la amarilla al lateral Camus, que cumplirá el segundo ciclo de tarjetas y, por tanto, estará ausente la próxima semana contra el filial del Oviedo.

Dani Mori solo metió un cambio en el once respecto al encuentro de su debut de la pasada semana ante el Leioa. Camus era la novedad en la alineación titular en detrimento de Alberto en un partido que comenzó con susto para los visitantes en la primera aproximación del Gernika. Alex Ruiz se tuvo que emplear a fondo a disparo a bocajarro de Etxabe en un primer cuarto de hora de clara iniciativa local concretada en cinco saques de esquina a su favor, aunque fueron bien defendidos por la escuadra cántabra.

La Gimnástica apostaba por un esquema 4-1-4-1 que prácticamente era calcado a lo planteado por el rival. El cuero discurría mucho más tiempo por los aires que sobre el césped artificial de Urbieta. Las defensas se imponían a los ataques y la pelea por las segundas jugadas no dejaba un ganador claro durante bastantes minutos. Con las áreas prácticamente inutilizadas, el encuentro se convertía en un juego previsible y monótono, poco alentador para el aficionado. El equilibrio era máximo y ninguno de los dos equipos parecía dispuesto a regalar opciones al oponente. Ambos decidían no arriesgar en exceso y sobre todo por parte de un conjunto torrelaveguense con escasos recursos en la creación y a la hora de generar ocasiones.

Los locales tampoco se prodigaron en exceso en el remate, pero al menos lo intentaron con más asiduidad con Abaroa como hombre más destacado en esa faceta. El centrocampista avisó con un primer intento desde fuera del área y poco después, sobrepasada la media hora, rompió entre líneas y tras un buen pase filtrado por Pradera remató dentro del área y respondió un inspirado Álex Ruiz, el mejor jugador visitante en el primer período.

Solo cerca del descanso y quizás por el desgaste previo el encuentro aumentó su intensidad y fue entonces cuando Leandro desaprovechó la única oportunidad de la Gimnástica en el primer tiempo. El delantero quiso picar el balón por encima del cancerbero tras un buen envío en largo de uno de sus compañeros, pero su intento salió fallido y permitió sin problemas a Diego Carrio solucionar la papeleta. Poco después fue el turno del Gernika que tras una primera aproximación peligrosa acabó por generar otra clara ocasión cuando Etxabe solo prácticamente en área pequeña y en el segundo palo envío por encima del larguero un gran servicio desde banda izquierda.

Dani Mori dejó en el vestuario al central Ramiro y al interior zurdo Primo e introdujo a Cristian y Víctor en esas mismas posiciones. El dibujo sobre el campo no variaba, mientras que el arranque del segundo acto resultaba de lo más dinámico. Leandro, siempre muy bullicioso buscando la espalda a los centrales o a los laterales, volvió a perdonar una buena opción y, a renglón seguido, el Gernika respondió con dos buenas oportunidades que no encontraron las mallas por escasos centímetros. La primera de ellas, Pradera envió el balón al lateral de la red y después Etxabe, con la testa, por poco por encima del larguero. Esto presagiaba un encuentro mucho más entretenido.

La Gimnástica no rehuía la pelea y en ese primer cuarto de la reanudación, el partido se convirtió en un cierto correcalles. Los cántabros buscaban en ataque sobre todo su banda izquierda donde Víctor, muy activo ayudado por el lateral Fermín, creaba dudas a la zaga vizcaína. Un Gernika que respiró aliviado cuando el árbitro anuló por fuera de juego un gol de Nacho Rodríguez tras una falta lateral.

Faltaba media hora de encuentro y el partido aumentaba su emoción. El esfuerzo físico de ambos contendientes empezaba a aparecer, no así los espacios. Con el paso de los minutos, los visitantes acabaron cada vez más replegados cerca de su área, mientras los locales querían y no podían sorprender con envíos aéreos o triangulaciones en el borde del área que no le daban resultado. A pocos minutos para el final, Rozas fue el tercer jugador que salía de refresco para mantener un 0-0 que acabó de concretarse al final del partido.