Antes de afrontar el Campeonato de Galicia de carretera, disputado este fin de semana, el diario gallego El Faro de Vigo presentó al corredor del Bathco Cycling Team Rubén Fandiño, a quien presentó en sus líneas como «una de las jóvenes promesas arousanas en el ciclismo».

Compartimos la entrevista completa:

“Como ocurre en cualquier deporte de formación, esto cuesta dinero”

El corredor de Castrelo está apuntalando una trayectoria muy prometedora

A sus 17 años este cambadés se perfila como una de las jóvenes promesas arousanas en el ciclismo. Enrolado en las filas del Bathco cántabro, brilló como junior en la “VIII Ruta do Albariño” y hoy sábado disputa con su equipo el Campeonato Gallego en Carretera de su categoría, que se celebra esta tarde en carreteras ourensanas (16.45 horas) sobre un circuito trazado con salida y meta en la estación de ferrocarril de Baños de Molgas.

– ¿Con qué expectativas afronta hoy el Campeonato Gallego en carretera?

– Con la ilusión de competir de lleno. Es un circuito rompepiernas, con mucho repecho, y así será clave la labor del equipo para ayudarme, y llevarme ahí. Ojalá esté en condiciones de poder llegar delante y tener opciones de tirar del sprint.

– Hace unas semanas dejaba un buen sabor en la VIII Ruta do Albariño carreteras que conoce por ser de su Cambados natal.

– Sí, la etapa de Cambados logré pelearla hasta el último metro. Me hacía mucha ilusión ganarla en mi tierra, pero no pudo ser. Samuel Fernández (del MMR Academy asturiano) y yo nos perfilamos bien para el sprint, tanto que nos fuimos de rueda del resto del grupo y el sprint quedó reducido a los dos. Tal vez salí un pelín antes y él se agarró bien a mi rueda para superarme en el último golpe de riñón. Una pena, espero que otro año pueda ser.

– ¿Compitió más estos días?

– Sí, la pasada semana disputé por primera vez una prueba UCI, que fue la que corrí con el Batcho, y que era la Bizkaiko Itzulia, una vuelta junior al País Vasco. No resultó como esperaba, la verdad, no me salió nada bien este estreno internacional.

– ¿Cómo se decantó de niño por un deporte tan sacrificado como es el ciclismo?

– Fue mi padre quien empezó metiéndome en el ciclismo, porque él era muy aficionado a este deporte. Con 7 años me inicié en el Muebles Compostela. De niños, el acercamiento al ciclismo llega con las gincanas, pruebas en la que se combina velocidad y técnica para ir sorteando conos y algunos obstáculos. Luego, llegaron las primeras carreras en alevines, dando dos o tres vueltas a un circuito que, a lo sumo podían ser pruebas de 8 o 10 kilómetros.

– ¿Cuándo notó que ciclismo le enganchaba de lleno?

– Fue el primer año de cadete, y más aún en el segundo cuando salí a Cantabria, porque me hacía mucha ilusión correr la Vuelta al Besaya, que era una prueba de mucha tradición en la categoría junior. Mi madre llamó, contactó con Cantabria y pude correrla, a modo de cedido del Muebles Compostela al Bathco. Allí me vieron varios equipos cántabros y el propio Bathco me propuso fichar con ellos a los 16 años y con ellos aún estoy ahora.

– ¿Cómo se sigue la formación de ciclista desde un equipo cántabro viviendo en Castrelo?

– Lo regular es entrenar aquí, en Galicia. Solo de cuando en vez viajo a Cantabria para realizar estancias y concentraciones de una semana con el Batcho. El equipo nos ofrece un piso en el que albergarnos, para poder entrenar juntos a las órdenes del director de equipo.

– Supongo que a esta edad no percibe aún dinero alguno, ¿o sí?

– No, no se cobra nada, es más, suele costar dinero, como ocurre en cualquier deporte en estas edades de formación.

– En sus entrenamientos por Arousa, ¿cuáles son las rutas de las que más gustan?

– Por lo general recorro la PO-550 hacia O Grove. Cuando hago montaña me gusta subir hacia a Armenteira, bien desde Poio hasta A Escusa, o desde Barrantes hasta el monasterio. En verano salgo a entrenar seis días por semana, haciendo en torno a tres horas diarias. De esos seis días, uno es para rodar tranquilo, y el séptimo día de la semana toca descanso

– Defínase como ciclista… su fuerte y sus puntos a mejorar.

– Soy cumplidor, me debo al equipo, es algo que tengo siempre presente. Los puntos fuertes y débiles de los ciclistas vienen dados en gran medida por las cualidades físicas. En mi caso, por mi físico, estoy más dotado para el sprint, ahí es donde mejor me siento. Lo débil es quizás la montaña, me cuesta con los puertos más duros, es algo a mejorar.