No es lo mismo estar en casa que sentirse en casa. La diferencia fundamental radica en el sentimiento de pertenencia y en el arraigo que nos invade cuando nos sentimos en un sitio especial. Ese matiz es una de las claves que explica la renovación de Álex Mozas por el Bathco BM Torrelavega. “Mi familia está encantada, mi hija va a nacer aquí y me siento muy querido por el club” dice el madrileño.

Este contexto de pleno entendimiento se ve absolutamente reforzado por una visión común del proyecto deportivo que está desarrollando la entidad naranja. Técnico y club comparten el propósito común de consolidar al Bathco BM Torrelavega como referencia básica del deporte en la ciudad y como uno de los clubes punteros en el panorama del balonmano nacional. Una circunstancia que solo se puede alcanzar cuando se crece despacio, pero sin pausa. “El primer año que estuve aquí hicimos la mejor temporada de la historia” recuerda Mozas. “Pero es que cada temporada que pasa, puedo afirmar algo similar” reconoce sorprendido. Al margen del trato humano, “lo que más me gusta del club es su ambición del club por crecer” sentencia el técnico.

En una conversación de apenas una hora, el Bathco BM Torrelavega y Álex Mozas acordaron prorrogar la vinculación del técnico durante una campaña con opción a una segunda si ambas partes estaban de acuerdo. Una circunstancia que se produce sin saber en qué categoría jugará el primer equipo la temporada que viene. “Es que para mí eso no es determinante” explica Mozas. “Renuevo porque mi relación con los jugadores es perfecta, porque mi cuerpo técnico, al que le debo buena parte de nuestro éxito, es perfecto; porque mi entendimiento con la directiva es perfecto y porque creo que tenemos la mejor afición del mundo” matiza. “Ojalá podamos reencontrarnos con ellos pronto y hacerles partícipes de cada uno de nuestros pequeños logros” dice esperanzado.

De este modo, Mozas permanecerá hasta junio de 2022 al frente de un proyecto impregnado de filosofía cholista. “Aquí somos más de ir pulgada a pulgada” bromea el madrileño. “Nosotros pensamos entreno a entreno, jornada a jornada y semana a semana” continua. “Entiendo que nuestro entorno se vea en ASOBAL el año que viene porque estamos en un gran momento, pero nosotros no podemos permitirnos el lujo de dejar de pensar en nuestro trabajo diario” sentencia.

Esa apuesta por el trabajo diario es la que le permite soñar con un club mejor dimensionado a medio plazo. Un crecimiento orgánico que pasa por captar más jugadores para la cantera y más adeptos para la grada. Un modelo de progreso cortado por el coronavirus en 2020, pero que aguarda su momento a partir de 2021. “Estamos seguros de que va a funcionar muy bien y que vemos a progresar también en las secciones inferiores”.